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martes, 18 de junio de 2013

Génesis capítulo 32



Gén.32.1.         Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios.
Gén.32.2.         Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim [entendido aquí, “dos campamentos”].
Gén.32.3.         Y envió Jacob mensajeros delante de sí a Esaú su hermano, a la tierra de Seir, campo de Edom.
Gén.32.4.         Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado, y me he detenido hasta ahora;
Gén.32.5.         y tengo vacas, asnos, ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, para hallar gracia en tus ojos.
Gén.32.6.         Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él.
Gén.32.7.         Entonces Jacob tuvo gran temor, y se angustió; y distribuyó el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos campamentos.
Gén.32.8.         Y dijo: Si viene Esaú contra un campamento y lo ataca, el otro campamento escapará.
Gén.32.9.         Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien;
Gén.32.10.       menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos.
Gén.32.11.       Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos.
Gén.32.12.       Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.
Gén.32.13.       Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para su hermano Esaú:
Gén.32.14.       doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros,
Gén.32.15.       treinta camellas paridas con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos.
Gén.32.16.       Y lo entregó a sus siervos, cada manada de por sí; y dijo a sus siervos: Pasad delante de mí, y poned espacio entre manada y manada.
Gén.32.17.       Y mandó al primero, diciendo: Si Esaú mi hermano te encontrare, y te preguntare, diciendo: ¿De quién eres? ¿y adónde vas? ¿y para quién es esto que llevas delante de ti?
Gén.32.18.       entonces dirás: Es un presente de tu siervo Jacob, que envía a mi señor Esaú; y he aquí también él viene tras nosotros.
Gén.32.19.       Mandó también al segundo, y al tercero, y a todos los que iban tras aquellas manadas, diciendo: Conforme a esto hablaréis a Esaú, cuando le hallareis.
Gén.32.20.       Y diréis también: He aquí tu siervo Jacob viene tras nosotros. Porque dijo: Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro; quizá le seré acepto.
Gén.32.21.       Pasó, pues, el presente delante de él; y él durmió aquella noche en el campamento.
Gén.32.22.       Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.
Gén.32.23.       Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía.
Gén.32.24.       Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.
Gén.32.25.       Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.
Gén.32.26.       Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.
Gén.32.27.       Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.
Gén.32.28.       Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel [“el que lucha con Dios”, “Dios lucha”]; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
Gén.32.29.       Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.
Gén.32.30.       Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel [“el rostro de Dios”]; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
Gén.32.31.       Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera.
Gén.32.32.       Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.



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